jueves, 24 de febrero de 2011

Nadie se ríe de Dios en las peores situaciones.

Nadie se ríe de Dios en un hospital, nadie se ríe de Dios en una guerra, Nadie se ríe de Dios cuando están muriendo de hambre, congelándose o siendo muy pobres.
Nadie se ríe de Dios cuando el médico le pide más después de algunas pruebas de rutina, nadie se ríe de Dios cuando un avión empieza a temblar incontrolablemente, nadie se ríe de Dios cuando los policías llaman a su puerta y dicen: tenemos una mala noticia, señor.
Nadie se ríe de Dios cuando hay una hambruna, inundación o un incendio.

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