no hay combustión anímica para seguir el viaje.
Siempre hay una explicación para cualquier crueldad...
aunque a veces se te olvide.
No hay cuentos novedosos que te puedan rescatar
de los fantasmas obstinados que hoy vienen a tu casa.
No hay monstruos invencibles que no te dejen crecer,
lo que es no puede dejar de ser.
No hay quien cante esas canciones que nadie quiere escuchar...
y te quedas con confesiones que después suelen ahogar.
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